Estilo de conducción: prevención de la pérdida de valor residual mediante datos en tiempo real
En el corazón del modelo de negocio del leasing, el valor de reventa de los coches debe mantenerse lo más alto posible al final del contrato para garantizar un margen holgado. Para lograrlo, se pueden utilizar varias herramientas que permiten prever el valor residual a 3, 4 o 5 años, de modo que se pueda anticipar el balance financiero de la operación incluso antes de firmar el contrato. Por otra parte, no hay que subestimar el impacto del estilo de conducción del arrendatario a lo largo del contrato sobre el estado general del vehículo y, por tanto, sobre su valor de reventa. Los coches, cada vez más electrificados y conectados, son aún más frágiles y pueden verse alterados por una conducción irresponsable. ¿Cómo pueden asegurarse los arrendatarios de que sus vehículos en circulación se utilizan correctamente durante todo el periodo de arrendamiento?
Datos del fabricante en tiempo real para apoyar la ecoconducción
No es necesario esperar a que finalice el contrato y se devuelva el coche para tomar medidas: los datos en tiempo real transmitidos por el vehículo al fabricante y puestos a disposición de los editores de soluciones permiten supervisar y evaluar el comportamiento del conductor durante todo el periodo de alquiler.
Aquí es donde Echoes, un servidor neutral e independiente de los fabricantes, puede ofrecer una respuesta a las nuevas necesidades de los arrendatarios en este ámbito. Al recoger los datos técnicos de los vehículos de todos los fabricantes, Echoes puede recopilar y armonizar toda esta información para mostrarla de manera uniforme en sus interfaces específicas Carlocate y Carfleet. Estos datos incluyen gran cantidad de información que puede utilizarse para evaluar el comportamiento de los conductores:
En primer lugar, el consumo medio en litros o kWh cada 100 km, que Echoes puede comparar fácilmente con consumidores con el mismo perfil y un vehículo similar.
En segundo lugar, la posición exacta del coche, que permite detectar al instante su uso fuera de la carretera.
En tercer lugar, controlar el nivel del depósito de combustible o de la batería de tracción, así como el historial de repostajes y recargas de combustible, garantiza que el conductor sigue las buenas prácticas en este ámbito.
En un futuro próximo, otras informaciones transmitidas por el vehículo en tiempo real podrían contribuir a una vigilancia aún mejor. Por ejemplo, la velocidad instantánea del vehículo podría cruzarse con su localización GPS para garantizar que se respetan los límites de velocidad. También puede calcular la intensidad de la aceleración y el frenado para evaluar la fluidez de la conducción.
Conducción agresiva, valor residual reducido
¿Cómo puede ayudar el análisis de estos datos a preservar el valor residual? En la práctica, existen tres peligros principales para los coches de conductores sin escrúpulos:
Una conducción agresiva sólo puede contribuir al envejecimiento prematuro del coche: las aceleraciones bruscas, los frenazos repentinos y las velocidades excesivas pueden sobrecargar las pastillas y los discos de freno, los muelles amortiguadores, los neumáticos, las juntas universales y los brazos de suspensión. Bison Futé estima que la ecoconducción no sólo reduce el riesgo de accidentes en una media del 10-15%, sino que también ahorra varios miles de euros a lo largo de la vida útil del vehículo, teniendo en cuenta únicamente el desgaste de neumáticos y frenos. Del mismo modo, no es aconsejable conducir demasiado a menudo con el nivel de combustible demasiado bajo, ya que esto podría hacer que el motor ingiriera impurezas del fondo del depósito y acortar su vida útil.
Algunos conductores no dudan en utilizar carreteras o pistas no aptas para la conducción todoterreno, con vehículos que no están diseñados para ello. El resultado: riesgo de daños en los bajos del coche: raíles del chasis, brazos de suspensión, rueda de repuesto, pero también el cárter del motor o el tubo de escape. Este tipo de daños son más complicados de gestionar para el arrendador porque pueden no ser visibles en un examen superficial del vehículo, pero pueden provocar una avería varios meses después de haberse producido. Con el riesgo de litigio cuando se revende el vehículo, y las posibles consecuencias financieras para el operador.
En el caso de los vehículos eléctricos, la cuestión del uso es aún más crucial: conducir demasiado rápido y a demasiada velocidad no sólo provocará un desgaste prematuro del tren de rodaje y la suspensión, sino también una reducción de la vida útil de la batería, con el riesgo de tener que sustituirla antes de tiempo. Negarse a practicar la conducción ecológica también repercutirá en el número y la frecuencia de las recargas, lo que provocará un desgaste acelerado de los cables de carga, los enchufes y las tomas de corriente, la electrónica de a bordo y los dispositivos de control, preacondicionamiento y termorregulación de la batería. Se trata de piezas cuya reparación puede costar varios miles de euros y cuyo estado es difícil de evaluar mediante una inspección visual a la vuelta. Para comprobarlas es necesario inmovilizar el vehículo y llamar a un técnico cualificado con el equipo de inspección adecuado.
La educación antes que la represión
Sin embargo, a los arrendadores les queda una cuestión crucial: ¿cómo puede utilizarse esta información sin violar la intimidad y sin dar a los clientes la impresión de que se restringe su libertad de conducción?
La primera palanca puede adoptar la forma de educación: ofrecer a los conductores material para concienciarlos sobre la ecoconducción, en forma de boletines informativos, alertas push por SMS o folletos, informándoles al mismo tiempo de las ventajas para su propio coste de utilización.
En segundo lugar, la firma de una carta de ecoconducción podría animar a los clientes a hacer un buen uso de su vehículo, sobre todo si este buen uso se recompensa en forma de descuentos contractuales u otros programas de fidelización.
Por último, como último recurso, el control del comportamiento del conductor puede adoptar la forma de sanciones, desde multas económicas hasta la rescisión anticipada del contrato, si el estilo de conducción pone en peligro el valor residual del vehículo.
En todos los casos, el uso de un servidor neutral como Echoes ofrece la posibilidad de supervisar el comportamiento de cada conductor en tiempo real, tomar las medidas necesarias para corregir la situación si es necesario, pero también supervisar la eficacia de estas medidas a medida que se aplican. Con un efecto potencialmente beneficioso sobre el valor residual de cada vehículo.